Recientemente he tenido la oportunidad de participar en las Jornadas Humanísticas que se llevan a cabo cada verano en Huesca y que este año llegaban a su XXXI edición. Me invitaron a colaborar en la actividad de cine, realizando un cortometraje con adolescentes interesados en el tema (no como el taller de descerebrados de otros años al que estaba acostumbrado).
El primer reto fue adaptar el relato "La botella azul", de Ray Bradbury, a algo que pudiésemos grabar nosotros y no Christopher Nolan. Un cuento que se desarrolla en Marte y que empieza con edificios derrumbándose no se me antojaba del todo fácil.
La actividad iba a constar de 4 sesiones. Una primera de preparación, dos de rodaje y una de postproducción. Todas de un par de horas. Misión imposible. Sin embargo, los chavales se pusieron las pilas y finiquitamos el asunto haciendo uso de horas libres.
Saltos de eje a parte (y la mugre acumulada en la lente en exteriores imposible de detectar bajo el maravilloso sol de agosto), el resultado no quedó del todo mal:
Las Jornadas Humanísticas dan mucho más de sí, con grupos de trabajo en otras disciplinas, como teatro, literatura, filosofía, música, poesía y alguna otra que me dejo en el tintero. Así que aproveché para grabar un mini reportaje sobre la actividad de pintura:
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